de Fedro
Lamentábase uno de su negra fortuna, y Esopo imagina esta
fábula para consolarlo.
Estaba una nave a merced de los varios y encontrados,
vientos de alterado mar, y la tripulación con las lá-
grimas, temor y congojas de cercana muerte; serenóse
de súbito el furioso temporal; continuaron bogando
con próspero viento, y al punto se vió a los pasajeros.,
henchidos de gozo, solazarse con inusitada alegría.
Mas el piloto, aleccionado con la experiencia del pa-
sado peligro, dijo así. «Puesto qup en la tierra andan
siempre asidos de la mano el placer y la pena, mostré-
monos.tan prudentes antes de llegar al deseado puerto,
que tanto las expansiones como las quejas sean siempre
moderadas.»
En la prosperidad teme; en la adversidad espera.
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